Cine
De garras, colmillos y tipos peludos
Las películas de Lon Chaney para Universal nos hicieron descubrirlos. El film de John Landis (su excelente remake de "Un Hombre Lobo Americano en Londres") nos enseñó a respetarlos. Los Hombres Lobo han recorrido un largo camino a cuatro patas en la cinematografía desde que el primer film mudo se estrenó en 1915.
por Eduardo Barone
¿Cuál es el atractivo y la fascinación que ejerce este engendro trepado al podio de los grandes monstruos como Drácula, Frankestein y La Momia?. Para empezar su rapidez para perder la calma. La base del temor que encierra es esa facilidad que tiene el hombre civilizado para sacar desde lo más profundo de su interior a la bestia salvaje e indomable. El hombre lobo se mueve bajo el influjo de un hechizo, y no es consciente de su mitad lobezna hasta que ya es demasiado tarde.
La leyenda del hombre lobo comenzó aparentemente en el siglo XV, en los bosques del centro de Francia. El famoso "loup-garou" (lobo humano) exportó más tarde su estilo desgarrador (literalmente hablando) hacia las Américas. En la zona de los pantanos de Florida, es una de las grandes leyendas creole. En nuestro país, los esteros de la Mesopotamia conocen perfectamente las depredaciones a las que se abandona ese primo cercano que es el lobizón. Y ciertamente muchos recordarán el pequeño homenaje realizado por el gran Leonardo Favio en su film titulado "Nazareno Cruz y el Lobo", donde un delgado y todavía joven Juan José Camero andaba por los pastizales aullándole a la luna llena y a los escotes de Marina Magalí.
Dentro de una extensa cinematografía con films producidos principalmente en los Estados Unidos (pero también en Francia, Italia, Inglaterra y España) recomiendo particularmente "La maldición del Hombre Lobo", con un terrible animal (un lobo blanco) perfectamente interpretado por el gran actor inglés Oliver Reed. Los duchos en la materia toman a este film como uno de los grandes íconos de la leyenda. Pero no podemos pasar por alto dos verdaderas joyas del séptimo arte como han sido el film de Landis (que por supuesto incluye un cameo de él mismo, más una fantástica escena cuando el tipo se convierte por primera vez en bestia, con música de fondo de "Bad Moon Rising", de los Creedence) y esa otra gran película traducida en nuestro país como "Aullidos " (dirigida por el genial Joe Dante) donde no sólo el terror llegaba a sus límites máximos, de la mano del make-up de Rick Baker, sino que además nos regalaba un extra bonus con la presencia del mítico actor John Carradine (padre de Keith y Dave) que iba a desaparecer físicamente de este mundo apenas unos meses después de estrenada esa película.
El hombre lobo fue el primero en romper camisas, detalle luego plagiado por El Increíble Hulk aunque desde ya sin sus desbordantes consecuencias.
El hombre lobo fue el primero en romper camisas, detalle luego plagiado por El Increíble Hulk aunque desde ya sin sus desbordantes consecuencias. Según la historia sólo una bala de plata puede acabar con su vida, o también el amor puro de una doncella virgen. De cualquier manera y a como están las cosas es mucho más factible conseguir una bala de plata y no lo segundo. Pero eso al hombre lobo le interesa bien poco. El está sediento de sangre y aguarda ansioso entre las sombras a que pase su nueva vìctima. Vìctima que al ser mordida se convertirá a su vez en un nuevo hombre lobo. O en una mujer-loba. Como Angelina Jollie, que ya terminó de actuar en la versión femenina del licántropo, a estrenarse en los próximos meses en el shopping de su barrio. Aunque si es como la pésima versión del film actuado por Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer (dicen que a su guionista se lo comió un verdadero hombre lobo luego del estreno, y no es un invento mío) mejor ir alquilando alguna de las antes recomendadas.
A mitad de camino entre la poesía delirante de Boris Vian ("El Lobo Hombre", libro absolutamente recomendable, así como la canción del grupo español la Unión) y los descuartizamientos a dentelladas de Landis y compañía, nuestro amigo sigue vigente en la pantalla, pero también en el inconsciente colectivo. Y en definitiva eso es muy bueno, porque siempre conviene tener un hombre lobo a mano. Ayudan a mantener salvaje el planeta. No es poco para estas épocas...
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