Está de moda. Todo el mundo habla de vinos. Cursos, degustaciones,
promociones... entre sorbos y blablá resulta que ahora
todos somos enófilos. No es para menos, si tenemos unos
vinos bárbaros. Y por ahora también la suerte de no tener
que pagar el precio internacional. Para el consumo interno
los precios son razonables, y si comparamos vinos nacionales
con vinos importados de similar calidad, realmente estamos
pagando la cuarta parte de su valor. Pero con el auge
sucedió lo inevitable: desde las más sofisticadas vinotecas
a los más proletarios supermercados, hay tantas marcas
nuevas, vinos relanzados, etiquetas renovadas, que es
imposible conocerlos a todos. Y además, desde el tetra
hasta el más caro, hay una gama de precios también amplísima.
El rompecabezas es ahora cómo encontrar las dos piezas
de complemento perfecto: la calidad con el precio. Y
del vino que podemos pagar y consumir sin que el goce
de beberlo nos infarte el bolsillo. Ahí está el dilema.
Tampoco es cuestión de pasarse media hora en la góndola
del tinto poniendo y sacando botellas del carrito -el
que diga que no lo hizo, miente- en la eterna disquisición:
¿será vino, será kerosén, será bueno, regular, malo o
peor? No pierdas tiempo: si tenés 10 mangos para gastar
y tu paladar te pide un cabernet sauvignon hay
un par de imperdibles, relativamente nuevos, de bodegas
boutique: el Atilio Avena Roble
2001 -no confundir, es el de etiqueta dorada-, y La
Consulta de Finca La Celia. Estas
dos bodegas mendocinas, que están obteniendo vinos de
excelente calidad, exportan gran parte de su producción
y colocan en el mercado local su mínimo excedente, así
que no te duermas porque desaparece rápido de la venta,
optá por la caja de seis con tranquilidad. Entre las bodegas
más conocidas, está el cabernet sauvignon Graffigna
Centenario de la cosecha 2001, superando
las expectativas de calidad para los 11 pesos. Cuidado:
en ese precio también vas a ver el Latitud
33 de bodegas Chandon. No te tientes,
no lo vale. ¡Ah!, pero en realidad lo que tenés
son ocho pesos para gastar... En la próxima te cuento
qué podés comprar con eso (antes de que la "falta
de inflación" lo convierta en uno de 10). |
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