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Pascal Comelade. El minimalismo mediterráneo. |
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A través de un exhaustivo
estudio producido por el español Carlos Úbeda
-exclusivo para The Howl-, revelamos uno de los secretos
mejor guardados de la música de vanguardia de los
últimos tiempos. Tal la figura de Pascal Comelade,
catalán de nacimiento, francés por adopción,
creador desaforado e influyente, adorado en Japón
y casi desconocido en su tierra. Este trabajo intenta
también llenar un inexplicable vacío informativo
que pesa sobre la figura de Comelade. |
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"De Mozart a
Stravinsky pasaron siglos; de Eddie Cochran a Joy Divison,
25 años. Fascinante."
Pascal Comelade |
No recuerdo con mucha precisión cuándo fue la primera
vez que oí hablar de Pascal Comelade.
Supongo que durante la etapa de promoción del disco L'Argot
du Bruit, habré leido algunas entrevistas
en las que Comelade reiteraba su vinculación musical con
Nino Rota o con Jaume Sisa, las cuales acabarían intrigándome
hasta el punto de acercarme a dicho álbum.
Sin embargo, y si mi memoria no falla, antes de ese momento
ya había entrado en contacto con su música a través
del tema Dithyrambe du Passe Montagne, incluido
originariamente en Musiques pour Films, Vol.2,
pero que yo encontré en un irregular recopilatorio que
editó su compañía discográfica de entonces.
Me imagino que por esa época, tan sólo veía tras el nombre
de Pascal Comelade un gran misterio con la casi total
seguridad de que, a pesar de lo que apreciaba esa canción,
me sería prácticamente imposible acceder a otros trabajos
de aquel individuo que aparec[ia com tan terriblemente
under
No obstante el (relativo) auge mediático y comercial que
tuvo, gracias a sus discos de colaboraciones, reavivó,
o incluso aumentó, mi interés. Aún así, me atrevo a afirmar
que este citado interés se habría quedado exclusivamente
en lo anecdótico de un buen disco como es L'Argot
du Bruit, de no ser por otros motivos.
Me explico. Soy de los que piensan que la música es un
medio de comunicación con nuestro propio entorno humano
y social. De esa manera, consideré que un disco curioso
como ese, sería del agrado de algunos buenos amigos, por
lo que decidí prestárselo para que lo escucharan.
Con la salida al año siguiente (esta sí carente de cualquier tipo de promoción en los medios) del directo Live in Lisbon and Barcelona Ninetynine, fui yo el sorprendido por mi círculo de amistades, que ya habían conseguido una copia de la edición (limitada, por cierto). Con este disco en directo ante mí se abrían claramente cientos de caminos, de matices, de influencias que en el disco anterior sólo se dejaban ver de soslayo. Empecé a darme cuenta de que el publicitado L'Argot du Bruit era un disco de curiosidad, casi de coleccionista, pero no el adecuado para adentrarse en el universo comeladiano, que tras la escucha repetida de un álbum mucho más representativo, como Live in Lisbon and Barcelona Ninetynine empezaría a ir descubriendo.
A partir de ese momento fue cuando comencé a interesarme seriamente por la figura de Pascal Comelade y cuando terminé de cerciorarme de lo inaccesible que, en muchas ocasiones, era, tanto su obra como la información sobre la misma.
Los tan criticados sistemas de compartición de archivos
en Internet (Napster, Audiogalaxy, Soulseek…) me ayudaron
considerablemente a acceder a sus primeros trabajos, absolutamente
descatalogados. De igual manera, algunas pequeñas websites
personales de usuarios de la red, aportaron alguna pista
sobre la historia de este artista, aunque de manera bastante
caótica, ya que su discografía, sin llegar a los extremos
de la de John Zorn, está repleta de rarezas, recopilaciones,
cambios de nombre y discos inencontrables, no existiendo
ningún tipo de web, oficial o no, que trate específicamente
sobre el tema. Por lo tanto, este trabajo pretende reconstruir
la historia, juntar las piezas del puzzle desperdigadas
en recortes de prensa, revistas especializadas o websites,
hasta conseguir ordenarla. Descubrir una personalidad
que se basa en la paradoja, que busca destruir las fronteras
musicales, acercando lo primitivo a la vanguardia, solapando
lo popular y lo avantgarde; fusionando, en definitiva,
mil y una referencias de una manera bruta y natural en
lo que él mismo ha venido a denominar como su propia "esquizofrenia
musical". |
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El
joven Comelade y las vanguardias |
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Pascal Comelade nace en 1955 en Sant Feliu de les Forxetes
(España). A pesar de que durante su infancia ya muestra
cierto interés musical en el colegio, donde adquiere sus
primeros rudimentos en piano y solfeo, no es hasta su
adolescencia cuando comienza su efervescencia creativa,
en parte alimentada por la gran cantidad de discos de
rock'n roll que comienza a escuchar por entonces.
Su padre, un prestigioso neurólogo catalán de ideas republicanas
cuenta, por entonces, con muchas simpatías dentro de lo
que en los años setenta se denominó la Nova Cançó,
un importante movimiento de cantautores catalanoparlantes
que se oponían a la dictadura de Franco con ideas ligeramente
nacionalistas. De esa manera, empieza a ser corriente
que el joven Comelade acompañe a su padre en fiestas y
conciertos en los que son habituales la presencia de María
del Mar Bonet, Toti Soler o Lluis Llach, en casa del cual
permanece una temporada en Barcelona.
Visto el interés de Comelade por el ambiente musical de
Barcelona, su padre intenta que se matricule en el Liceu,
sin éxito. En su lugar, Comelade comienza a ejercer de
roadie de Lluis Llach y, de esa manera acaba
conociendo a lo que serían algunos de sus amigos más influyentes,
como Víctor Nubla o el cantante Ovidi Montllor. Tras varios
empleos esporádicos y un fugaz paso por la Universidad,
Comelade decide, mediada la década de los 70, probar fortuna
en París.
En la capital francesa, conoce a Richard Pinhas, quien
será uno de sus mejores amigos, que le introduce en el
mundo de las vanguardias musicales, el ruidismo y la distorsión
que el propio Pinhas ya experimentaba desde su grupo avantgarde
Heldon.
Fascinado por estos descubrimientos musicales, Comelade
forma junto a Pinhas el grupo Fluence,
publicando un mini-álbum de igual título. Fluence
(1976), en mi opinión, es un disco terriblemente marcado
por el descubrimiento, por parte de Comelade, de un lenguaje
musical rico aunque complejo. Cuenta con tres cortes;
el primero y el último, de una duración extremadamente
larga, son experimentaciones ruidistas con tratamiento
electrónico y distorsión eléctrica que podría recordar
a la etapa arriesgada de los grupos neo-sinfónicos, al
krautrock y, por supuesto, a cualquier trabajo
anterior de Pinhas. Con esto quiero decir que en estas
dos piezas, de aire definitivamente post-industrial, Comelade
es tan sólo un espejo en el que se refleja Pinhas, conteniendo
elementos que raramente volverán a aparecer en la madurez
de su música. Sin embargo, el segundo tema, una especie
de pequeña coda, casi una anécdota, del primero, que cierra
la cara A, se puede ver como un precedente, aún débil,
de la música de Comelade. De título Barcelona Tango,
esta corta canción aporta un pequeño matiz folk al tema
sonoro del disco, intentando una combinación extraña entre
elementos de universos dispares.
No obstante, Fluence no deja
de ser una obra "de formación" todavía alejada de la capacidad
de seducción de sus futuros grandes momentos.
Tras la experiencia con Fluence, Comelade empieza a trabajar
en la autoproducción de sus composiciones, publicando
algunas en casetes recopilatorias de artistas marginales
parisinos, inencontrables hoy.
En 1980, se traslada a Montpellier. Fascinado por la música
de Robert Wyatt (el que fuera miembro del grupo británico
Soft Machine), comienza a cartearse con éste y, paralelamente,
forma un trío de música minimalista llamado Fall
of Saigon, de duración efímera. Tras este nuevo
intento fallido de formar un grupo, crea finalmente una
big band de instrumentos de juguete (una de sus
grandes pasiones) con la que versiona clásicos del rock'n
roll: la Bel Canto Orquestra, junto a
Jac Berrocal, Pierre Bastien y Cathy Claret.
Realmente, la Bel Canto como tal no tiene
disco editado en su haber, pero ha sido el nombre que
ha utilizado Comelade desde entonces para presentar a
su banda, fueran cuales fueran sus integrantes. Luego,
de ello se deduce que el espíritu musical soñador y un
tanto bohemio de las formaciones comeladianas, así como
la utilización de los toy pianos y de las guitarras
de plástico, tienen su punto de partida en esta primigenia
formación.
Cuatro años más tarde, Comelade, en solitario, publica
su primer álbum. Se trata de Détail Monochrome(1984),
un disco editado dentro de una serie de discos de ambiente
(Labyrinthes Series) dedicados al escritor Jorge
Luis Borges.
Lo primero que se aprecia en este álbum es el alejamiento
formal de la "experimentación por la experimentación"
de Fluence, a favor de un mayor
interés por la melodía. Siguen presentes elementos electrónicos,
con un pie en la música new age y el minimalismo,
y algún tema ligeramente retorcido, pero se nota la mayor
madurez de Comelade, también como pianista, que transmite
una mayor emoción.
Este disco se puede considerar como otro paso en su progresión.
De nuevo se encuentran en él, ahora con mayor claridad,
elementos que serán muy significativos en adelante. Sin
embargo, todavía es un Comelade previo a su gran explosión
como músico. Cabe destacar el tema Nature Morte aux
Maraca, que combina un mínimo teclado eléctrico Casio
PT-1 con unas maracas y unos leves arreglos de juguete,
claro anticipo de la locura compositiva que no tardaría
en llegar.
En 1985, Pascal Comelade retorna a Barcelona invitado
por Víctor Nubla y empieza a tocar junto a futuros colaboradores,
como Gat, Oriol Perucho, Jakob Draminsky (ese increíble
saxofonista que tanto color le a dado al mejor Comelade)
y Enric Cassasses.
Un año más tarde, publica su disco Bel Canto
(1986), en el que recopila los temas interpretados
años atrás con la Bel Canto Orquestra.
Con la publicación de Bel Canto,
fruto de su estancia en Montpellier, se cierra lo que
es la primera etapa de la obra de Pascal Comelade. Una
época de indecisión y de formación, en la cual conoce
a la mayoría de sus futuros colaboradores y amigos, crea
la Bel Canto Orquestra, se asocia con
cantautores políticamente comprometidos, se interesa por
las vanguardias, a la vez que por la música popular de
su tiempo, se forma de manera autodidacta (especialmente
como pianista) y se ayuda de las técnicas del minimalismo
para sus composiciones y de los instrumentos de juguete
para sus interpretaciones.
La mecha está lista… |
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